domingo, 15 de julio de 2012


VERSO REAL O EPITAFIO

Tal vez esto no te importe,
pero estoy sentado a la
orilla de mi tumba.
No estoy solo, el sol me acompañará
en el simple cortejo hacia el calmo mar
del que pronto formare parte.
Nos hundiremos despacio,
y mi sangre se confundirá con las heladas aguas,
y mi corroído cuerpo yacerá inerte
como restos de un viejo naufragio,
las ondulantes algas de mis entrañas
serán arena del fondo algún día.
Mi silencioso compañero renacerá
y él te contará mis penas cada día.
Y si alguna vez te acuerdas de mi,
y vas a visitar mi tumba yo voy a estar allí,
en el refugio del mar y del viento
y en el grito de las inocentes
gaviotas que lloran conmigo.
Anónimo

“Esencialmente humano”
‘Más vida puede escurrirse a través del pensamiento de un hombre que a través de una herida abierta’.
Thomas Hardy

Cuando la felicidad parece un imposible y el éxito es el único desafío, la vida pasa, los caminos se acortan y el tiempo se agota. Corre el hombre desesperado tras un sin fin de emociones nuevas que no entiende, que afloran en su piel provocando sensaciones que desconoce y tiembla…de miedo, no sabe qué le pasa, no sabe escucharse, se desconoce, tiene miedo…de morir. Y ligeramente asustado, piensa que todas esas sensaciones lo lleva a la eternidad, al más allá, que desconoce y lo asusta aun mas…siente morir. La realidad, que no sabe lo que siente es tan grande la desconexión que tiene con su mundo interno que ese momento indeseable que pasa por su vida y dura casi diez minutos marcan un antes y un después en su existencia, un antes y un después frente al desafió de ser exitoso, de la búsqueda intensiva de la felicidad. Todo se reduce a la existencia pura; la duda y luego la angustia inminente por no saber encontrarse, por no saber escucharse, por no saberse vivo, por tener miedo a vivir…y llora, llora como un niño, llora acongojado, siente que todo está perdido que llego el fin, necesita unos brazos que lo acunen, unos labios que lo besen, una mirada que lo calme, necesita sentirse contenido en otros ojos. Va pasando el tiempo, el sudor pasa y el corazón se calma, la sensación a dejado el cuerpo abatido, el dolor a grabado a fuego el momento en la memoria, y paso, pero quedo el miedo, el pensamiento fugaz de que puede volver a pasar, de que puede perder el control, entonces piensa como acomodarse, para no estar tan lejos, ni tan cerca de sus seres queridos, y se angustia, porque se siente preso de si mismo, de sus emociones, de su miedos,  y entonces lucha, decide luchar, pero aun no entiende que le pasa, sabe que quedo lejos el éxito y la felicidad fabricada por la sociedad de consumo y se vuelve a preguntarse y no saber. No sabe explicar por qué le pasa, que le pasa.
Los hombres recorren el mundo, deciden transitar caminos inesperados, acumulan conocimientos, viven el placer,  se llenan de brillos e ideologías que los hacen estar alertas, cansados, en la búsqueda (de nada), dicen estar activos, insertos al sistema que los convoca y se sienten sumamente atraídos por las luces de la noche y el ruido de otros hombres y es ahí donde van perdiendo el oído, no pueden ya escucharse, saber cuál es el mensaje de su interior, no entienden las señalas, los anuncios. Se despersonalizan. Lo que no entienden es que cuando sienten son esencialmente humanos, de la “punta de los pies a la cabeza” y eso es lo que los asustas, les da miedo, los paraliza, saber que están vivos y que pueden sentir que late fuerte el corazón, que pueden temblar las piernas, que te suda la piel y que podes llorar como reír.
Necesitamos no genios, sino sabios, para que la vida tenga sentido, para que los sueños nos iluminen los días, para que la pasión nos toque la piel, para que el amor nos haga vibrar, para aprender a regular nuestras emociones y ser libres.
Les propongo no correr por la vida para poder disfrutar el camino, para que  las cosas que deseamos nos alcancen, para que no nos asustemos de nosotros mismos, por que el tiempo se acaba y la vida se marchita siendo un simple esclavo de una sociedad que inventaron algunos que también intentan entender como se hace para ser feliz.

Ps. Griselda Santarelli
12 de abril de 2010